sábado, 6 de junio de 2015

El gourmet temerario Vol.1. Ensalada de medusa

Los prejuicios son algo inherente al ser humano. Ya sea movidos por el miedo, por la presión social o por pura ignorancia, existe una tendencia generalizada a rechazar aquello que no forme parte de la vida cotidiana de cada individuo. Todos conocemos a gente que se niega a ver todo cine que no sea estadounidense, o a escuchar música que no sea en español o inglés, o a leer todo lo que no sea bestseller. Hay gente que incluso se niega a leer, así en general.

Este fenómeno se ve intensificado cuando el tema a tratar es la comida. Nuestra barrera se eleva exponencialmente cuando lo desconocido no va a entrar por los oídos o la vista, sino por la boca (pero luego bien que... Eh).

Sin embargo, aún quedan valientes. Héroes cotidianos, personas del día a día. Gente que sabe que el mundo es lo grande que nuestra mente quiera, que está abierta a nuevas experiencias, que quieren experimentar lo máximo mientras sigan aquí, y para ello están dispuestos a comer las mierdas más extrañas que te puedas imaginar. 

Puede ser alguien que te cruces por la calle. Puede ser cualquiera.  Puedo ser yo. Puedes ser tú.

Esta sección va dedicada a ellos.

 

"Mmmmm... Qué buena pinta."

El alimento del que hoy vamos a hablar es la medusa. 

"K ise killo, la meduza eza der agua k pico a mi premoh er xiko er verano pazao?!"

Contextualicemos un poco. Solo hay dos tipos de medusas comestibles, las rhopilema y las nemopilema. No sé cuál será la que me he comido porque en el paquete pone "medusa" y ya está, da gracias.

Es un alimento que en Asia se ha consumido durante siglos, pero que en el resto del mundo, salvo excepciones, no ha hecho su gran entrada. Hace un par de años algunos chefs así modernetes la incluyeron en sus cartas en España, pero no sé yo si cuajaría.

Empecemos analizando el envase, a lo unboxing.






La parte delantera del envase es un poco rollo. Uno se esperaría la medusada padre ahí liándola. Un ejército de medusas invadiendo una playa, la escena de Tentacruel destruyendo la ciudad en Pokemon o una captura del Metal Slug 2 como poco.

Con esta portada podría ser medusa, o salamanquesa, o mocos.

Veamos si el dorso nos ofrece más datos.





Esto ya es más serio. Aquí vemos la silueta de la medusa en cuestión, que se transparenta dejándonos ver parcialmente su misterioso contenido. Debajo han tenido la deferencia de poner una etiqueta en español explicando un poco la movida.

Fijaos en los valores nutricionales. No tiene grasas saturadas ni nada. Esto es comida sana. ¿Entonces por qué no la recomiendan en la revista Saber vivir o Mujer hoy? Aquí todos somos gente muy sana hasta que hay que echarle huevos a la vida.

Muy interesante también que diga SABOR PICANTE. Más que nada porque abre la puerta a toda una gama de sabores, y yo quiero probar la medusa de vainilla. Bonito detalle el de poner Medusa en negrita en los ingredientes. No sé si la idea es dejar constancia de que no nos están engañando o recalcar su contenido para el incrédulo.

Pero bueno, dejemos el envase e indaguemos en su contenido.



"Sí, tengo una cámara que viaja en el tiempo. ¿Qué pasa?".

Dentro del envase encontramos tres sobres. El verde de la derecha es el que contiene a la ya anhelada medusa. Está metida en líquido para facilitar su conservación (digo yo), el cual se ha de escurrir antes de consumir.

El sobre rojo de arriba a la izquierda es un sobre con especias, las cuales recuerdan sospechosamente a las que vienen en los fideos chinos o a grandes rasgos en cualquier cosa así chinorri. Entre los círculos más selectos se conocen como "polvitos chinos".

El último sobre es el que contiene la salsa picante. Pica, pero tampoco es una locura. Si estáis acostumbrados al picante no os sorprenderá.

Vamos a liberar a la medusa de su cautiverio.


Este es el aspecto de la medusa una vez sacada del sobre y escurrida. El aspecto es un poco similar al de la cebolla frita, aunque está mucho más blandita y elástica. Tiene olor a marisco.

Desconozco qué proceso ha sufrido el animal en cuestión para llegar a este estado, pero hay algunas negrillas. Mejor, más variedad.

Eso sí, no vienen las patitas por ningún lado. Decepción en ese aspecto, las expectativas me han jugado una mala pasada.

Dado su carácter marítimo-festivo, decido que lo más apropiado para consumirla es hacer una ensalada con pulpo, acompañando con trozos de tomate, la estéticamente redundante cebolla, y un chorrito de aceite de oliva para rematar.

El resultado es el siguiente




Pero vamos a lo más importante. El sabor. ¿Qué tal está? Pues sinceramente, está bien.

La textura, a falta de un mejor simil, y parafraseando a uno de los comensales que conseguí convencer para que la probara, es parecida al cabello de ángel. El sabor, sin embargo, no tiene nada que ver, pues es un sabor muy de alimento de mar, aunque no le busquéis parecido a otros mariscos, la medusa es independiente.

Sin embargo, el sabor es suave, y funciona más bien como vehículo para acompañar a la salsa picante y el condimento. Supongo que su valor culinario reside justamente en su textura, al igual que ocurre con los caracoles. Al ser tan única, hace una gran labor transmitiendo una sensación diferente al paladar.

Veredicto final:

No es una delicia ni mucho menos, pero está buena. Es un producto con suficiente personalidad como para que merezca la pena probarlo. Es sano, tiene características que lo hacen único,  y además es bastante barato.

El que no come medusa es porque no quiere. O porque se ha quedado de piedra.

1 comentario:

  1. O sí!!! Finally una sección de las mías!! De las de leer y disfrutar!! Y encima hablas de comida!!

    Que envidia me das jodío!! Yo lo máximo que he llegado a probar fueron chuches japonesas que tuve que pedir de importación, y algunas ostias... Vaya buenas que estaban!!

    A mi todo lo que sea probar cosas nuevas me apunto.

    Esta sección, ya sea regulera o de periodicidad escrotal, me ha gustado un puñao.

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